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RIMOGNE

Te preguntarás qué es Rimogne y por qué nuestro viaje de hoy lo tiene como protagonista. Pues porque ha sido la ciudad en la que estuvo mi hija mayor para un intercambio escolar en mayo.  Este pequeño lugar está en Francia, cercano a la frontera con Bélgica y es una comuna francesa, en la región de Champaña-Ardenas, en el distrito de Charleville-Mézières y cantón de Rocroi. 

En febrero estuvo, con nosotros, una niña francesa durante una semana; y después le ha tocado a Silvia estar en casa de su familia, también por una semana. 

Cuando a principio de curso, mi hija me contaba que su instituto organizaba este viaje de intercambio, la idea de tenerla lejos durante una semana no me gustaba nada. Pero ella estaba tan ilusionada y con tantas ganas de vivir esta primera experiencia de intercambio internacional, que no podíamos decirle que no a su petición. Tenía claro que no podía negarle tal experiencia por mis miedos maternales, y que tenía que dejarlos de lado para permitirle vivir lo que la vida le ofrecía en su camino. 

Hoy escribo este post, para que ella pueda tenerlo de recuerdo en el futuro.  

Cada día nos comunicábamos vía Whatsapp, y nos contaba un poquito de lo que hacía. Yo le insistía en que hiciese muchas fotos, para conocer cómo era aquello, pero la verdad no hizo muchas. De todas formas, lo importante no es el número de fotos, sino las sensaciones, emociones y recuerdos que queden en su memoria de su primer intercambio escolar. Pero algunas hay, que son las que ves aquí, exceptuando la foto del cartel.

Mientras ella estaba en su intercambio, su hermana quiso hacerle un cartel de bienvenida (todo idea de ella). Me encantó ver cómo pensaba en su hermana y en darle un buen recibimiento.

Además de estar conviviendo con una familia francesa, tenía que ir al instituto. Venía sorprendida porque el horario escolar era bastante largo, hasta las 17:00 horas, con una pausa de dos horas, en medio. Entre las actividades especiales que les organizaron estuvo: visitar un museo, una catedral y su ciudad, un castillo, un paseo por Rimogne,... En el instituto, tuvo cocina y robótica, entre otras actividades. 

La familia francesa fue muy detallista y amable con Silvia (cosa que les agradezco muchísimo), entre otras cosas, fueron a cenar a un restaurante de ambientación pirata. Y además nos enviaron unos productos típicos, de los que olvide hacer fotos. Pero damos fe de que estaban riquísimos ;)

Con todo esto fue pasando la semana, y llegó el viernes de su llegada. Venía muy contenta, además de cansada, porque no habían parado mucho. Al llegar a casa, Gisela la recibió con su cartel de bienvenida y le sacó una sonrisa. Después vino el reparto de regalos. Me encantó ver que además de comprarse cositas para ella, nos tuvo en su pensamiento y nos trajo un detalle para cada uno de nosotros. 

A la pregunta de si volvería a ir a un intercambio, respondió inmediatamente que sí; lo que significa que ha sido enriquecedor para ella. Esa alegría y esa felicidad me confirman que, a pesar de mis miedos, hay que dejarlas vivir las experiencias que la vida les va presentando. Y también me confirma que estas situaciones son necesarias, para que vayamos aceptando que llegará un momento en que tendrán que volar solas, sin nuestra supervisión constante y fuera de nuestro nido. Son las primeras pruebas de separación (supongo que necesarias), para ir preparándonos para ese momento de dejar definitivamente el nido familiar. ASÍ ES LA VIDA Y ASÍ TIENE Y DEBE SER: Nuestros hij@s son un hermoso préstamo que la vida nos da. Ya lo expresó muy bien José Saramago en su definición de hijo.

¿Te has sentido tú también así alguna vez? ¿También tienes diferentes miedos en torno a tus hijos? ¿Me lo cuentas? Hasta nuestro siguiente encuentro. Besos.

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Comentarios: 2
  • #1

    Alberto (miércoles, 08 junio 2016 01:37)

    Qué difícil tiene que ser pero efectivamente es ley de vida y hay que ir soltando lastre ...

  • #2

    Walkingontheworld (jueves, 09 junio 2016 22:21)

    Tú lo has dicho Alberto, es difícil pero hay que hacerlo. Muchos besos y gracias por estar también aquí, en mi guagua particular.